El corte por plasma en Guadalajara, una tecnología revolucionaria en la industria de la fabricación, tiene sus raíces en investigaciones pioneras que datan de principios del siglo XX. Aunque el concepto básico de la ionización de gases para crear un flujo de plasma se conocía desde la década de 1920, no fue hasta la década de 1950 cuando se desarrolló el proceso de corte por plasma como lo conocemos hoy en día.


El ingeniero estadounidense Robert Gage fue un pionero clave en este campo. En 1953, Gage presentó una patente para un sistema de corte que utilizaba un arco eléctrico comprimido entre un electrodo y el material a cortar, con un gas inerte o de bajo poder de ionización que fluía a través de la boquilla. Este diseño sentó las bases para el desarrollo ulterior de la tecnología de corte por plasma.


Sin embargo y como bien sabemos en Hierros y Tubos Lorca, fue la empresa estadounidense Union Carbide la que llevó a cabo avances significativos en la década de 1950 y principios de la década de 1960. En 1957, Union Carbide patentó un sistema que empleaba nitrógeno para generar un plasma a altas temperaturas para cortar metales. Este enfoque permitió realizar cortes más precisos y limpios en comparación con los métodos de corte térmico convencionales.


A medida que avanzaba la investigación, se introdujeron mejoras en la tecnología de corte por plasma, como la incorporación de gases más especializados, la automatización de procesos y el desarrollo de sistemas de control más avanzados. En la década de 1980, el corte por plasma en Guadalajara se consolidó como una técnica de vanguardia para la fabricación de metales en diversas aplicaciones industriales, desde la construcción naval hasta la fabricación de maquinaria pesada.